Sunday, November 05, 2006

bibazahar10

BAILARINA
Bailarina de pecho inflamado,
bello cisne ingrávido y blanco
sobre sus pies de místicas alas,
que busca a su enamorado en vano
entre candilejas púrpura y oro.

“Bailaora” de arte y taconeo de fuego,
brazos, pies y manos de puro nervio,
pasión en su boca y perfil gitano,
cuerpo de guitarra, alma andaluza,
ojos negros y morunos de misterio.

Todo duerme en mi caja de marfil,
jirones de tul, chinelas de raso,
lazos de terciopelo, suspiros de amor,
falda de volantes, tacones negros,
un clavel rojo marchito y llanto.

Vive y respira lo que más he amado:
aquel enamorado que miraba,
tras la azul bambalina de mi mundo,
a una dulce y graciosa Colombina
de quien por fin tuvo su amor soñado.

***

***

VOLÚBILIS
Recordando a Volúbilis, ruinas de la antigua ciudad romana
situada cerca de Mequinez (Marruecos)

¡Ahí está “Volúbilis”!
Sus sauces llorones me saludaban
sobre su río de lis,
cuyas aguas besaban
y su manto de llanto cobijaban.

Mas, ahí están sus gráciles doncellas,
bellas y risueñas hijas de Roma,
esparciendo lilas en gargantillas,
bailando gozosas danzas en llama,
portando agua en cántaros de estrellas.

Ahí estaba yo, en paseo por Vía Augusta,
penetrando en sus villas señoriales,
admirando sus mosaicos de gesta,
esquivando patricios a raudales
y dulces ninfas con silbos de flauta.

Me gustaría deshacerme en rocío
y que mi alma vagara por sus piedras,
reencontrar su venus de mármol frío,
su bello efebo coronado en yedras...

Todo ello me produce escalofrío.
¡Volúbilis!, tu Arco de Caracalla
corona esa imponente Vía,
se pierde y en el infinito encalla,
paisaje altivo de ensueño veía
altos cipreses y brumas de haya...
***
***
PARA EMILY
Dedicado a la poetisa americana
Emily Dickinson

Espero tu llegada en forma de libro,
bello recopilatorio de cien poemas
y hermosas cartas de tu puño y letra.

Aguardo tus letras como la próxima
llegada del refrescante otoño,
aquí, en este encierro obligado
a causa del tórrido y temible estío.

He despertado de mi largo letargo
al presentir tu escritura fresca y sublime;
así me la han descrito en tu biografía.

Admiro tu fuerza y riqueza interior,
vividas en las cuatro paredes de tu casa
y en aquel jardín que tanto cuidabas.

Ansío leerte y empaparme de tu espíritu
como un combatiente que espera su reposo,
lleno de heridas, cicatrices y amargor.

Anhelo que seas la suave brisa
que refresque este campo árido,
pleno de insatisfacciones,
piedras y abrojos.

Me siento a ti hermanada, pobre alma mía,
buscando la inspiración en este corto y gran mundo,
que forman mi vida, mi realidad y mis sueños.
Te aguardo, Emily.